El Amor

Desde que tengo memoria me han bombardeado con información acerca de la importancia que tiene el amor en la vida de cada ser humano. Llega a ser hasta intimidante la forma en que ves en revistas, dibujos animados, telenovelas, vídeos, canciones, envolturas de regalos, dulces, picaderas (cualquier cosa que se pueda envolver), publicidad, cuadernos, cuentos y novelas escritas, toneladas de tinta, letras y conceptos alusivos al amar. (Sin contar el Día de San Valentín).

Eso hace que constantemente estemos pensando en el amor.
En lo personal, crecí creyendo que un día cualquiera vendría un chico alto, de tez clara y pelo oscuro, vestido de manera impecable, con una espada al cincho y sobre un hermoso corcel (el cual me imaginaba negro, con pelaje brillante y muy imponente) que sin más ni más bajaría, se dirigiría a mí gritando a los cuatro vientos que yo era su media naranja y que lucharía contra el mundo por mí y me tomaba de manos, nos subíamos al corcel y ¡vivíamos felices por siempre!

Entre sueño y sueño me olvidaba que no era un personaje de cuentos, que era una persona de carne y hueso que debía luchar si realmente deseaba poder vivir tranquila (si no feliz) hasta que el cuerpo aguantase y me llegara la hora. Dejaba pasar el hecho de que, tal vez, el día que mi caballero andante llegara a mí yo podría no sentir lo mismo por él, yo podría no estar dispuesta a tomar sus manos y subir a su equino compañero...

Y me pregunto si realmente todos nacimos para llegar a amar, si todos somos capaces de sentir esa fuerza sobrenatural que nos hace luchar incansablemente por alguien, aún sin que ese alguien llegue alguna vez a correspondernos, si alguna vez estaré dispuesta a dejar lo que fuera si el objeto de mis desvelos me lo pidiese...

Tal vez el amor sea lo más hermoso que alguien puede llegar a sentir y los primeros en experimentarlo se sintieron en la obligación de dar a conocer al mundo esa imponente sensación, convirtiéndose así en poetas y trobadores. Pero, ¿cómo le describirías los colores a un ciego?
si lo intentas puede que algunos crean poder verlos y le hablen de esa experiencia a sus compañeros, no siendo su historia más que eso, una mentira bien contada. Así percibo que es gran parte de nuestra sociedad, un grupo de personas que hablan como expertos de una materia totalmente desconocida.

Yo sigo esperando, tal vez de repente dentro de mí se encienda una chispa que me valla envargando y asi llegue a sentir el fuego envolvente que desata el amor...

Uff.... es todo lo que me queda despues de estas casi dos semanas que han pasado, ha sido dificil y aún tengo tarea por hacer.

Por qué se crean los súper-heroes...

Ayer, mientras me enfrentaba a mi archi-enemigo, estube pensando en la vida, en lo que te ofrece, lo que te niega, pero sobre todo en las oportunidades que te da para hacer las cosas (preferiblemente, hacerlas cada vez mejor). Se preguntarán quién es ese ser informe que se ha ganado el título de ser mi "Archi-enemigo". La verdad pensaba decirles, pero mejor lo guardo en el anonimato. Pero lo que realmente importa es la leccion que éste individuo me enseñó.

Soy un ser un poco altanero, cuando me decido a hacer algo generalmente me esfuerzo para que quede muy bien y luego... vanagloriarme de ello. Aunque el decidirme a hacerlo bien es algo que se toma más tiempo. En fin, mi archi-enemigo me derrotó en un aspecto que nunca creí que lo hicieran, no puedo negar que al momento en que me ví perdida me embargó un sentimiento enorme de frustración y enojo, pero ahora comprendo que era un mal necesario.

Ahora me estoy preparando, he decidido enfrentarme otra vez a mi contrincante, no quiero quedarme con el sentimiento de humillación que me seguiría si no le enfrento nuevamente, ahora tengo herramientas de las que carecía, conozco su forma de atacar y todo eso. Y aunque el tambiém conoce las mías, pero ese no es el punto...

En fin, lo que importa aquí es la manera en la que he decidido enfrentar la vida, te digo que ella se empeña en poner trabas en tu camino, eso es lo que la divierte ;), y eso es lo que importa, quienes han hecho historia son seres que se vieron ante situaciones dificiles, seres que calleron, pero que no se dejaron abatir, lucharon y como yo, perdieron en algunas ocasiones, tu vida no será mejor porque no tropiezes, será mejor por la forma en que sigas adelante...

... los dejo, mediten al respecto, tengo que ir a entrenarme y mi madre me está llamando ^^, besos!!!

El Carrito Público

Viernes por la mañana: Me dirijo por la Rómulo Betancourt en un curioso medio de transporte muy propio de nuestro país, el famoso "Carrito público", este consiste en un auto del año 1000 antes de cristo que parece que se mueve por obra y gracia del Espíritu Santo, no es un medio confortable, mas bien creo que en ellos practican los polizones que se van en avión para "los países" pero cuando tienes (como yo) unos sies años usándolos, te sientes como en casa al entrar junto a seis personas más a este diminuto aparato.

Qué decir de las incontables ocasiones en que entras de último y despues de una lucha sin cuartel con la puerta para que se mantenga cerrada quedas en un estado de "sentado en el aire" y puedes sentir los múltiples alambres que le han puesto a la famosa puerta con fines tan varios como abrirla, bajar el vidrio (o mantenerlo arriba) y otros misterios que no termino de descifrar, eso sí lo que mas gusto le da al usuario es cuando estas apurado por llegar a algún lugar y el chófer (no chofer, aquí le cambiamos el acento) va a 45 km/h, lo que en cierto aspecto te hace sentir seguro porque en algunos casos existen unos curiosos agujeros en el piso del automóvil (que ya se han llevado a mejor vida incontables zapatillas y chancletas) que te hacen sentir como que en cualquier momento se desploma todo y ¡¡Dios nos ampare!!

A pesar de todo, ¿Qué sería de nosotros los peatones sin ellos? no se puede negar que contribuyen enormemente a la población.

Me desmonto del auto, con mi destreza he logrado que no se estruje mi ropa y no puedo dejar de pensar que, indudablemente, el carrito público nos une cada vez más.